Más de 50 años haciendo campañas bien planificadas y pacíficas para mejorar la vida de los animales de granja nos han traído hasta aquí. La emergencia mundial climática, medioambiental y sanitaria que estamos presenciando en la actualidad nos ha traído hasta aquí. Es hora de repensar la alimentación
RETHINKING FOOD
Como la principal organización benéfica de bienestar animal y medioambiental a nivel internacional, alentamos a las empresas a adoptar una perspectiva holística y sistémica que se haga cargo de su huella animal en la crisis climática, medioambiental y sanitaria. Nos interesa especialmente hablar con las empresas sobre la integración de objetivos mensurables para la reducción de carne y otros productos de ganadería en los planes corporativos de sostenibilidad.
La estabilidad del planeta está en peligro. Nuestro sistema alimentario está fracasando. Nuestra dependencia de la agricultura animal intensiva ha jugado un papel fundamental en este fracaso. Ante la necesidad de cambio, las empresas alimentarias tienen ante sí una excelente oportunidad de ayudar a emprender un rumbo más sostenible en el que la humanidad, el planeta y los animales puedan prosperar y vivir en harmonía. Juntos, hemos forjado nuevos caminos que mejorarán la vida de más de 2 000 millones de animales. Estamos deseando seguir trabajando sobre esta base. El poder de nuestras colaboraciones es inmenso y, mediante el establecimiento de objetivos factibles y mensurables para reducir la producción y el consumo de productos de procedencia animal, junto con la inversión en mejoras de bienestar animal y en prácticas de ganadería regenerativa, podemos, de manera bastante literal, cambiar el mundo.
Nuestra perspectiva
En Compassion estamos desarrollando un programa de colaboración con empresas de la industria de la alimentación para conseguir un sistema alimentario más sostenible y resistente que satisfaga las necesidades de la humanidad, del planeta y de los animales.
Mediante una colaboración extensiva con las partes interesadas, intervenciones clave y herramientas prácticas, ayudaremos a tu negocio a evaluar su modelo actual, identificaremos áreas prioritarias, prepararemos el modelo empresarial para el cambio y fijaremos estrategias adecuadas para el futuro.
Con el tiempo, estas estrategias reducirán la producción y el consumo de animales de granja, reequilibrarán la proteína animal en tu oferta al consumidor y contribuirán a regenerar la naturaleza y a recuperar la biodiversidad.
Nuestro equipo de expertos te ayudará a medir los avances, a conseguir mayor bienestar animal y a conservar la relevancia y la credibilidad ante unos clientes cuyas actitudes y gustos están cambiando rápidamente, para así preservar la rentabilidad, el rendimiento de mercado y la reputación de tu marca.
Este es un momento apasionante para la industria alimentaria: para la innovación, para la inversión y para participar en una transformación hacia un sistema alimentario "resistente a nivel planetario".
La humanidad supone una amenaza para la estabilidad del planeta… Necesitamos urgentemente redefinir el sistema alimentario e iniciar la transformación hacia una dieta de salud planetaria para todos.
Johan Rockström, Catedrático del Centro de Resiliencia de Estocolmo, ponente en un evento virtual de la EAT y la Fundación Rockefeller, el 24 de junio de 20201
La investigación científica apoya el llamamiento a realizar cambios fundamentales en la manera en la que producimos y consumimos alimentos, por el bien de nuestra propia salud, del clima y del medioambiente. Tenemos que transformar nuestro sistema alimentario si queremos enfrentarnos a los retos multidimensionales que supone producir una alimentación suficiente, segura y nutritiva para todos dentro de la zona segura de acción de los nueve límites planetarios.2
Créditos: J. Lokrantz/Azote basado en Steffen et al. 2015.
En 2015, cuatro de los límites planetarios: cambio climático, pérdida de integridad de la biosfera (biodiversidad), cambios en el sistema de uso de tierras, alteraciones en los ciclos biogeoquímicos (fósforo y nitrógeno, debido especialmente a la agricultura industrial), ya se habían cruzado como consecuencia de la acción humana.
Sin un sistema alimentario nuevo, no seremos capaces de enfrentarnos a la crisis sanitaria mundial, alcanzar las metas de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, alcanzar los objetivos del Acuerdo por el Clima de París y la Convención sobre Diversidad Biológicay, al mismo tiempo, satisfacer las necesidades de una creciente población mundial que se estima que se situará en torno a los 10.000 millones de personas en 2050.
Sería indudablemente muy beneficioso, tanto para el clima como para la salud humana, que los habitantes de los países ricos consumiesen menos carne y que, desde la política, se otorgasen los incentivos oportunos para este fin.
Hans-Otto Pörtner, ecologista, copresidente del Grupo de Trabajo del IPCC sobre Impactos, Adaptación y Vulnerabilidad
Nuestro fallido sistema alimentario
Hasta ahora, la desnutrición y la obesidad se consideraban polos opuestos que indicaban o bien insuficiencia o bien exceso de calorías. En realidad, las dos son causadas por los mismos sistemas alimentarios, que ni son saludables ni equitativos.
Boyd Swinburn, catedrático de la Universidad de Auckland y copresidente de la Comisión Lancet sobre Obesidad3
A pesar de un aumento sostenido durante años de la inversión, la investigación, el desarrollo y los avances tecnológicos, todavía persisten importantes defectos en nuestro sistema alimentario.
En este momento, más de 820 millones de personas no disponen de comida suficiente, mientras que, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en el mundo se desperdician aproximadamente 1 300 millones de toneladas de alimentos comestibles cada año (FAO, 2016).4
Lo que el cálculo de la FAO no tiene en cuenta es el factor que causa el mayor desperdicio de comida: alimentar animales de cría industrial con cultivos comestibles para los humanos. Cereales, soja y palma se ofrecen como alimento al ganado de cría intensiva, que transforma de modo ineficiente esos productos en carne, leche y huevos. La conversión proteica va desde un índice tan bajo como el 4 % en la carne de vaca hasta el 25 % en los huevos.5 Además, casi una quinta parte del total de las capturas de la pesca salvaje mundial se procesan para producir harinas y aceites de pescado, que se utilizan principalmente para alimentar peces criados en piscifactorías.6 La cantidad de comida desperdiciada en estos procesos sería suficiente para alimentar a 4 000 millones de personas. Suficiente para alimentar a más de la mitad de la humanidad hoy en día.
Al mismo tiempo, 2 000 millones de hombres, mujeres y niños tienen sobrepeso u obesidad7, y las dietas de mala calidad causan más muertes que ningún otro factor de riesgo8. El consumo excesivo de carne, productos lácteos y huevos en las zonas desarrolladas está por encima de lo que se recomienda en una dieta saludable, así como en las nuevas directrices de la dieta de salud planetaria.
Según un informe de las Naciones Unidas de 2016, la producción de alimentos, si no se gestiona de manera sostenible, es una de las principales causas de la pérdida de biodiversidad y de la contaminación del aire, el agua y los océanos, así como una de las principales causas de la degradación de los suelos y de las emisiones de gases de efecto invernadero.9 Nuestra manera de producir alimentos también contribuye a la resistencia antimicrobiana10 y a las enfermedades no transmisibles, junto con enfermedades emergentes y transmitidas por la alimentación, y proporciona condiciones laborales deficientes a los trabajadores y vulnerabilidad ante el estrechamiento de precios por parte de proveedores de insumos, empresas de procesamiento y minoristas. Además, proporciona escaso bienestar animal.
El impacto de la ganadería intensiva
La emergencia climática, ambiental y sanitaria a la que nos enfrentamos es sin duda consecuencia de múltiples factores, entre los cuales destaca la ganadería intensiva.
Problemas como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la salud pública se pueden afrontar colectivamente mediante la eliminación de la ganadería industrial y la transición hacia sistemas de ganadería regenerativa con alto bienestar animal. Sigue leyendo para saber más sobre la magnitud del impacto de la ganadería industrial.
Humanidad
Las dietas poco saludables se reconocen como la principal causa de enfermedades en el mundo, debido al consumo excesivo de azúcar, sal y grasas saturadas en alimentos ultraprocesados, junto con un consumo inadecuado de frutas y verduras frescas. Además, el consumo excesivo de carne roja y procesada (que solo es posible gracias a la ganadería industrial) contribuye a causar enfermedades cardíacas, obesidad, diabetes tipo 2 y ciertas variedades de cáncer.
Se estima que 2 000 millones de personas (más o menos un cuarto de la población mundial) sufre inseguridad alimentaria moderada o grave11, a pesar de que se producen calorías suficientes para alimentar a más del doble de la población mundial.12
Cada año, se dan unos 600 millones de casos de enfermedades de transmisión alimentaria y unas 420.000 muertes13 causadas principalmente por Salmonella, Campylobacter y E. coli. Además, la intensificación de la agricultura se asocia con un 50 % de las enfermedades zoonóticas emergentes desde 1940. La transmisión zoonótica está detrás de tres de cada cuatro enfermedades infecciosas nuevas o emergentes en los humanos. El SARS, el Ébola y el VIH se asocian con el consumo y contacto estrecho con fluidos corporales de animales salvajes (civetas, murciélagos y primates, respectivamente).
Alrededor de un tercio de la población mundial depende de la agricultura, la ganadería, los bosques o la pesca como fuentes de alimentación y de ingresos. 14 Los medios de subsistencia de muchas comunidades agrícolas y ganaderas se ven afectados negativamente por la ganadería intensiva. Entre estas consecuencias negativas se encuentran un impacto negativo en el empleo, ya que la agricultura industrial necesita menos mano de obra, la ausencia de una distribución efectiva de la riqueza y la dependencia de insumos de coste elevado.
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La ganadería intensiva supone una amenaza para varios límites planetarios, entre ellos, el cambio climático, los ciclos biogeoquímicos (nitrógeno y fósforo), los cambios en los sistemas de uso de la tierra, el uso del agua dulce y la pérdida de biodiversidad. Si queremos evitar niveles peligrosos de cambio climático, todos los sectores, incluidos la energía y el transporte, tendrán que reducir sus emisiones.
La producción ganadera intensiva es ya la causante del 14,5 % de las emisiones antropogénicas de efecto invernadero a nivel mundial. Bajo el modelo actual de producción alimentaria, en el que el consumo de carne y productos lácteos crece al ritmo que se incrementan la población mundial y el producto interior bruto de los países, el sector de la agricultura por sí solo emitiría gases de efecto invernadero suficientes para consumir en su totalidad los dos grados Celsius del cupo de emisiones de aquí a 2050.15
Una serie de estudios muestran que se necesita urgentemente una reducción considerable en el consumo de carne y productos lácteos si se quieren reducir las emisiones causadas por la industria alimentaria y ganadera a niveles inferiores a los actuales, y que es esencial una transición hacia dietas más basadas en vegetales si queremos cumplir los objetivos del Acuerdo de París sobre cambio climático.
Además, la intensificación de la producción agrícola para alimentación de los animales ha acelerado la degradación de los suelos. De continuar con el modelo actual, la ONU advierte que a los suelos de todo el mundo les quedarían solo 60 años de productividad.
Alrededor de un millón de especies vegetales y animales están actualmente en peligro de extinción16 y la ganadería industrial es una de las causas principales.17 Con el aumento del consumo de carne, aumenta también la expansión de tierras de cultivo, lo que priva a la fauna salvaje de su hábitat natural y la acerca peligrosamente a la actividad humana, creando las condiciones perfectas para la propagación de patógenos, algunos de los cuales son zoonóticos y suponen una amenaza de pandemia.
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Los sistemas de ganadería industrial han sido diseñados sin tener en cuenta los deseos y necesidades conductuales de los animales. Los sistemas resultantes dependen en gran medida de la tecnología, el uso profiláctico de antibióticos para ayudar a prevenir enfermedades, la selección genética más allá de los límites fisiológicos de los animales, y un modelo económico basado en volúmenes grandes y márgenes bajos.
Los sistemas intensivos son, en gran medida, sistemas de confinamiento en espacios escuetos, tales como jaulas y cubículos o establos o cebaderos con alta densidad de animales, con escasas dotaciones de comodidad u ocupación físicas. A menudo se priva a los animales del consuelo de convivir con sus iguales al alojarlos en cubículos individuales, y se recurre sistemáticamente a mutilaciones para impedir las peores consecuencias del aburrimiento y la frustración en la conducta de los animales, tales como las mordeduras en la cola o los picotazos en las plumas. Normalmente, aunque no exclusivamente, se trata de operaciones a gran escala.
En todo el mundo, se crían 77.000 millones de animales terrestres cada año para producir alimentos, dos de cada tres en sistemas intensivos. En cuanto a los peces criados en piscifactorías, se estima que son entre 50.000 y 160.000 millones.
Mientras que en algunas partes del mundo se están logrando avances en la realización de cambios graduales tales como la eliminación de jaulas para las gallinas y las cerdas o la reducción de la alta densidad de pollos en las granjas, en otras partes del mundo se sigue avanzando hacia un mayor grado de intensificación.
Los animales de granja y los peces de piscifactoría son seres sensibles capaces de sentir dolor y emociones como la depresión o la alegría. Merecen tener una buena calidad de vida, que no solo esté libre de sufrimiento, sino que también les ofrezca oportunidades de tener experiencias positivas como la comodidad, el placer o el juego, para aprender, adquirir seguridad y tener cierta sensación de capacidad de elección. Es una responsabilidad ética y un imperativo moral, y todos podemos poner algo de nuestra parte.
A pesar de que las pruebas avanzadas desde múltiples sectores son concluyentes, las acciones encaminadas a poner en marcha un sistema alimentario saludable y sostenible han sido muy limitadas. La ganadería intensiva sigue consumiendo ingentes cantidades de recursos, incluidos los cereales y la soja, para producir alimentos destinados a los animales. Se destruyen bosques para reconvertirlos en tierras de cultivo de producción intensiva que, debido al uso de monocultivos y productos agroquímicos, causa un consumo excesivo y contaminación de las aguas subterráneas y superficiales18, degradación de los suelos19, 20, pérdida de la biodiversidad21 y polución del aire22. Aunque algunos legisladores reconocen que nos enfrentamos a una serie de crisis ambientales muy graves, muchos siguen mostrándose reticentes a admitir el papel que juega la ganadería intensiva en el origen de estas crisis.
Para abordar esto, necesitamos REPENSAR nuestro sistema alimentario y trabajar colectiva y creativamente en la transición que nos llevará a todos hacia un sistema alimentario más sostenible, más fuerte y más humano.
El informe "Comida, planeta, salud" de la Comisión EAT-Lancet (2019) es el primer artículo científico completo que analiza una dieta saludable y sostenible y que da información detallada sobre los cambios necesarios para que la alimentación del futuro sea sostenible. La dieta de salud planetaria que la Comisión ofrece como referencia proporciona un marco con base científica para una solución flexible dentro de los límites del planeta con la que alimentar a una población de hasta 10.000 millones de personas en el año 2050. Además, con esta dieta se limitará el incremento de la temperatura global a menos de dos grados, y se asegurarán directrices para la salud y la nutrición de las personas óptimas. También existe la posibilidad de adaptar este marco a las necesidades dietéticas, a las preferencias personales, y a las tradiciones culturales.
La dieta de salud planetaria es una dieta de referencia global para personas adultas representada simbólicamente por medio plato de frutas y verduras. La otra mitad consiste, principalmente, en granos integrales, proteínas de origen vegetal (judías, lentejas, legumbres, frutos secos), aceites vegetales no saturados, una pequeña cantidad de carne y productos lácteos, y algunos azúcares añadidos y verduras ricas en almidón.
EAT forum.org23
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La dieta de salud planetaria supone un cambio drástico de los patrones de consumo. Los países desarrollados verán una reducción importante de la cantidad de proteína de origen animal y el consecuente aumento de proteína de origen vegetal. Se es consciente de que los retos serán distintos en los países en vías de desarrollo y de que se necesitarán estrategias locales que respeten las recomendaciones dietéticas de EAT-Lancet en lo que se refiere al consumo de proteína. No obstante, todas las regiones necesitan incrementar el consumo de verduras, frutas, legumbres, granos integrales y frutos secos.
En Compassion, junto con otras organizaciones, exigimos no solo una reducción importante de la producción de animales, sino también una transformación en los sistemas de producción que es igualmente importante. Todos los animales han de ser criados en sistemas con un mayor bienestar y es necesario dar un paso hacia prácticas agrícolas más regenerativas.
EL CAMBIO ES POSIBLE
Si nuestro sistema de alimentación actual cambió hace 75 años en respuesta a la escasez de alimentos posterior a la Segunda Guerra Mundial, ahora puede volver a cambiar. Puede evolucionar hacia un sistema más innovador, tecnológico, humanitario y respetuoso con el clima. Tiene que evolucionar. Tiene que hacerlo porque el modelo actual no es sostenible.
La clave para alcanzar dicha sostenibilidad está en "reequilibrar las proteínas" cambiando los alimentos de origen animal por los de origen vegetal, y aumentar el consumo de frutas y verduras. Anticipamos una reducción en los niveles de consumo de productos de origen animal diferente en cada región que se adapte a lo especificado por la dieta de salud planetaria de EAT-Lancet. Reequilibrar el alto consumo de proteína animal en los Estados Unidos, Europa y otras regiones donde el consumo es alto es esencial para la sostenibilidad futura.
Algunos gobiernos, e incluso ciudades, ya están reclamando una reducción en el consumo de carne en sus directrices dietéticas nacionales y están recomendando encarecidamente fuentes de proteínas de origen vegetal en vez de animal.
Una reducción en el consumo global de proteína animal del 53 % para 2050, y el suministro de forraje, pastos y productos derivados en las granjas industriales en vez de alimentos comestibles para los humanos, puede tener los siguientes impactos para 2050 si se compara a un enfoque tradicional.24
18%
Reducción de emisiones GEI
35%
Reducción del uso de energías no renovables
9%
Reducción del índice de deforestación a nivel global
12%
Reducción del índice de erosión del suelo
26%
Reducción del uso de tierras arables
22%
Reducción del uso de pesticidas
46%
Reducción del uso de fertilizantes nitrogenados
40%
Reducción del uso de fertilizantes con fósforo
21%
Reducción del uso de agua dulce para riego
Fuente: Schader C et al. 2015. Impacts of feeding less food-competing feedstuffs to livestock on global food system sustainability. J. R. Soc. Interface 12: 20150891. http://dx.doi.org/10.1098/rsif.2015.0891
Si adoptamos una agricultura regenerativa, dichos impactos se verán ampliados.
El poder de las empresas
Las decisiones tomadas por las empresas del sector de la alimentación y la rapidez en la toma de dichas decisiones son cruciales a la hora de enfrentarse al enorme reto de alimentar a una población cada vez mayor dentro de los límites planetarios establecidos. Los orígenes de la comida, los precios, el marketing y el posicionamiento del producto (regular la oferta a gran escala) son decisiones que tienen un gran impacto en nuestra salud, en el medioambiente y en el bienestar de los animales de todo el mundo.
Las empresas líderes ya están aprovechando la naturaleza y la tecnología para dar respuesta a las necesidades crecientes del consumidor en este aspecto.
Se están desarrollando nuevos productos de origen vegetal, alternativas de carne in vitro e innovadoras sugerencias en la oferta gastronómica a buen ritmo en toda la industria de la alimentación, y las empresas están buscando formas de añadir estas alternativas proteicas.
Muchas empresas están realizando importantes inversiones para mejorar el bienestar animal a través de políticas libres de jaulas y mediante iniciativas como el Compromiso europeo del pollo (ECC).
Sin embargo, son pocas las empresas que están sustituyendo al completo las proteínas de origen animal.
Continúa leyendo para ver cómo están las empresas trabajando en este aspecto.
Qué ofrecemos
El objetivo de Rethinking Food es trabajar en colaboración con las empresas en el desarrollo de un sistema de alimentación resiliente. Un sistema que dependa menos de la agricultura industrial y de los productos de origen animal y que se base más en los productos de origen vegetal y que sea inclusivo y regenerativo, que recupere la naturaleza y la biodiversidad, y que cumpla las necesidades de las personas y los animales dentro de los límites de nuestro planeta.
Nuestro enfoque único busca oportunidades para mejorar significativamente el bienestar animal y reequilibrar la oferta de proteína que llega a los consumidores para lograr un sistema de alimentación con miras al futuro.
Estés donde estés en este camino, en Compassion tenemos algo que ofrecerte:
Casos de Estudio
Te ayudamos a hacer el análisis de rentabilidad del cambio, identificando las áreas en las que mejorar el bienestar animal y reequilibrando tu portfolio de proteínas de tal forma que se adapte a los requisitos específicos de tu empresa.
Análisis
Ofrecemos un análisis de brechas para que puedas evaluar tus estándares de bienestar y la repercusión en los animales e identificar áreas que admitan un cambio progresivo. De esta forma se ayuda a reequilibrar la huella de las proteínas y a crear una cadena de suministro más sostenible y resiliente.
Herramientas y marco
Tendrás acceso a nuestros últimos recursos y herramienta de fácil manejo que te ayudarán a evaluar tu impacto sobre los animales y el medioambiente y definir un plan de acción.
Mejores prácticas
Mostraremos qué están haciendo las empresas en este aspecto para lograr la participación y la lealtad del consumidor. Esto te servirá de inspiración y guía en tus propias estrategias de marketing.
Innovación
Promocionaremos las últimas innovaciones de la industria en áreas como la práctica ganadera, el desarrollo del producto y la comunicación que proporcionen soluciones existentes para tu empresa.
Informes
Te proporcionaremos un marco para que realices los informes y puedas evaluar e informar de forma periódica sobre los progresos de los indicadores clave del bienestar animal y del impacto medioambiental.
Acuerdo mundial para una alimentación y una agricultura y ganadería sostenibles
Si queremos mitigar la amenaza que nuestros actuales sistemas alimentarios suponen para la humanidad, para el planeta y para los animales, se deben tomar medidas urgentes a nivel mundial. Esto requiere una iniciativa internacional coordinada al más alto nivel.
Sin esto, será imposible alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030. Y tampoco será posible conseguir que todo el mundo lleve una dieta saludable. No seremos capaces de detener el impacto devastador que la producción alimentaria tiene sobre la biodiversidad y el medio ambiente y, como consecuencia, pondremos en peligro la vida tal como la conocemos para las generaciones futuras.
En Compassion in World Farming creemos en la necesidad imperiosa de intervenir en los sistemas alimentarios dentro del marco de las Naciones Unidas, al igual que se ha hecho en la cuestión existencial del cambio climático.
Un esfuerzo colectivo
Buscamos apoyo para tomar impulso y poder elaborar un nuevo Acuerdo Mundial para una Alimentación y una Agricultura y Ganadería Sostenibles que inspire un cambio en el sistema alimentario y propicie la nueva era de la agricultura regenerativa. El cambio solo puede realizarse de manera colaborativa, por lo que hemos emprendido un ambicioso programa de colaboración tanto con la industria como con los legisladores para llevar adelante el proyecto.
En 2021, tendrán lugar algunos acontecimientos clave en los que se podría llegar a acuerdos sobre medidas urgentes a nivel mundial sobre los sistemas alimentarios, entre los que estarían:
la Conferencia sobre la Convención sobre Diversidad Biológica
la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios de la ONU
la COP26, la Conferencia sobre el Cambio Climático
El apoyo de la industria para la transformación del sistema alimentario es esencial. La industria es la que tendrá que realizar muchos de los cambios que se necesitan. Con frecuencia es la industria la que marca la pauta en la consecución de soluciones sostenibles.
Nunca ha habido una necesidad más perentoria de tomar medidas. Las propias Naciones Unidas han advertido de que, por este camino, la humanidad no alcanzará los objetivos medioambientales clave, entre los que se incluyen los relacionados con el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la escasez de agua, las escorrentías con exceso de nutrientes y la degradación de los suelos.
Te invitamos a que tu empresa sea de las primeras que ofrezcan su apoyo a un nuevo Acuerdo Mundial para una Alimentación y una Agricultura y Ganadería Sostenibles. Descarga y firma el acuerdo y envíalo a la dirección de correo electrónico indicada en el encabezado de la carta.
Ponte en contacto con nuestro equipo de Food Business si deseas saber más sobre nuestro programa Rethinking Food.
Referencias
Rockström, J. Stockholm Resilience Centre, ponencia el 24 de junio de 2020 en el evento virtual de EAT y la Rockefeller Foundation https://www.youtube.com/watch?v=H--JgCgFec0&t=1s
Rockström, J., Steffen, W., Noone, K. et al. A safe operating space for humanity. Nature 461, 472–475 (2009) doi:10.1038/461472a
Citado del artículo de Sarah Bosely en The Guardian con fecha de 28 de enero de 2019 https://www.theguardian.com/society/2019/jan/27/food-industry-obesity-malnutrition-climate-change-report [última visita: 31 de julio de 2020]
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GBD 2017 Diet Collaborators, Health effects of dietary risks in 195 countries, 1990–2017: a systemic analysis for the Global Burden of Disease Study 2017, The Lancet 393(10184), abril de 2019. https://www.thelancet.com/article/S0140-6736(19)30041-8/fulltext
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