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El Premio Mejor Leche otorga reconocimientos a las empresas que usan o se han comprometido a usar (en el plazo de cinco años) sistemas con un mayor bienestar para vacas y terneros.
Hasta la fecha, más de 603.000 vacas lecheras y terneros se benefician cada año de las políticas de las empresas galardonadas con nuestros Premios.
Más de 250 millones de vacas son utilizadas para producir leche en todo el mundo: unos 37 millones en los 28 países de la Unión Europea, 9 millones en los Estados Unidos, y sobre 1,85 millones en el Reino Unido. La producción comercial de leche está aumentando rápidamente en el sur de Asia, también en países en los que su consumo en grandes cantidades no era tradicional, como China.
Los países desarrollados suelen utilizar vacas de razas específicas para la producción de leche. La raza frisona (Holstein) es la raza dominante en el Reino Unido y en la mayor parte de Europa, y más del 90 % de las vacas de los Estados Unidos son Holstein, muchas de ellas puras.
Hay una gran variedad de sistemas de producción láctea en la Unión Europea, desde sistemas en los que las vacas están permanentemente estabuladas hasta sistemas extensivos en los que no hay cobijo o, si lo hay, es rudimentario. Uno de los sistemas presentes en la Unión Europea es el pastoreo estacional con estabulación en invierno. Las vacas se alojan normalmente en instalaciones de cubículos o en corrales de paja, aunque en algunos países todavía está permitido atarlas y sigue siendo una práctica bastante común.
No existe ninguna directiva específica de la UE que establezca unas condiciones mínimas de protección de las vacas lecheras. Algunos sistemas de certificación (como RSPCA Approved y Soil Association a través del proyecto Assurewel) están desarrollando sistemas que monitorizan y establecen objetivos para mejorar indicadores clave como la cojera, la mastitis o el mal estado físico.
Las condiciones mínimas para la protección de los terneros están especificadas en la Directiva 2008/119/CE. Esta directiva indica que los terneros no se deben criar en cubículos individuales después de las primeras ocho semanas de vida, que dichos cubículos no pueden tener paredes sólidas (para que los terneros puedan verse y tocarse), y que han de tener el espacio suficiente para poder ejercitarse. Además, tienen que ingerir calostro en las primeras 6 horas de vida, tienen que ser alimentados dos veces al día, y la dieta tiene que incluir una cantidad de hierro y fibra suficiente.
