El cerdo domesticado es una subespecie del jabalí. Los cerdos son animales muy inteligentes y sociables y cuentan con un extraordinario sentido del olfato. Provienen originariamente de Europa y de algunas partes de Asia, pero, con el paso de los siglos, se han introducido en muchos otros lugares del mundo.
En su hábitat natural, los cerdos viven en pequeños grupos sociales formados por unas cuantas cerdas y sus crías. Las cerdas son madres cariñosas, cuidadosas y entregadas que dedican el tiempo a buscar comida, hozar y construir el nido. Las cerdas compiten entre ellas para establecer jerarquías, pero les encanta pasar tiempo juntas.
En estado salvaje, las hembras suelen alimentar a sus crías hasta las 13-17 semanas, y continúan juntas al llegar a la edad adulta. Los machos se dispersan para aparearse con una hembra y formar su propio grupo familiar.
En los sistemas comerciales, los cerdos domesticados se dividen entre cerdos de carne/engorde y cerdas de cría. Ambos grupos tienen unas necesidades de conducta similares. Las cerdas tienen, de media, una esperanza de vida de 20 años, pero en los sistemas comerciales se suelen sacrificar después de 3 a 5 camadas, es decir, alrededor de los 2 o 3 años de vida.
A continuación, puedes encontrar más información sobre cómo proporcionar una mejor calidad de vida a los cerdos de engorde y a las cerdas.
Una mejor calidad de vida para los cerdos
Las 10 recomendaciones principales
Acceso fácil a agua y comida de buena calidad
Espacio suficiente para relacionarse, hacer ejercicio y descansar
Material para hozar
Cama cómoda
Oportunidades de relacionarse con otros cerdos
Una vida libre de intervenciones dolorosas
Luz y cobijo suficientes
Posibilidades de satisfacer su curiosidad y su capacidad de diversión
Una mejor calidad de vida para las cerdas
Acceso fácil a agua y comida de buena calidad
Espacio suficiente para hacer ejercicio y descansar
Evitar el confinamiento en jaulas
Cama cómoda
Material para construir el nido y hozar
Oportunidad de cuidar de sus crías
Oportunidades para relacionarse con otras cerdas
Luz y cobijo suficientes
Producción comercial de cerdos
Cada año, se sacrifican en torno a 1 400 millones de cerdos para consumo de carne en todo el mundo. La mayor parte de ellos están en Asia Oriental, particularmente en China, donde se cría aproximadamente la mitad de los cerdos del mundo. A continuación, figuran la UE, América del Norte, Vietnam y Brasil.
Al menos la mitad de los cerdos del mundo son criados en sistemas intensivos en los que las cerdas están confinadas en jaulas estrechas en las que no pueden moverse libremente en los periodos de gestación y lactancia de sus lechones. Incluso en la UE, que ha promulgado una prohibición parcial de las jaulas para cerdas gestantes (ya que estas deberían alojarse en grupos tras las primeras 4 semanas de gestación), pasan de media la mitad de su vida en jaulas.
Los lechones criados para producción de carne con frecuencia son mutilados sin ninguna medida de mitigación del dolor y alojados en corrales con suelos con rejas de cemento y sin cama. Los cerdos también sufren durante el transporte a larga distancia para su engorde o sacrificio.
Cría intensiva de cerdos
La cría intensiva de cerdos causa un número cada vez mayor de problemas de bienestar para las cerdas y para los cerdos de engorde.
LAS CERDAS SUELEN SER:
Alojadas en jaulas individuales durante parte del periodo de gestación y en parideras para dar a luz y durante la lactancia. Tanto las jaulas para cerdas gestantes como las parideras limitan los movimientos de la cerda para que solo pueda estar de pie o acostada, sin poder girarse ni caminar más de uno o dos pasos.
Alojadas en espacios escuetos que no les permiten hozar ni construir un nido.
Alimentadas con una pequeña cantidad de comida altamente rica en nutrientes (durante la gestación) que, aunque satisface sus necesidades nutritivas, no les proporciona saciedad, por lo que tienen una sensación física de hambre.
Seleccionadas reproductivamente para producir camadas muy grandes.
LOS CERDOS DE ENGORDE SUELEN SER:
Criados en espacios escuetos y hacinados, normalmente con suelos totalmente enrejados y sin camas.
Sometidos a mutilaciones sistemáticas de recorte de dientes, sección de rabo y castración.
Más información a continuación.
Principales Problemas – Cerdas
En la mayor parte del mundo, las cerdas gestantes suelen estar alojadas en jaulas (también llamadas "plazas individuales para las cerdas gestantes") durante las 16 semanas del período de gestación.
Las jaulas para cerdas gestantes son de metal, normalmente con suelos desnudos de cemento o enrejados, y tan estrechas que no pueden girarse y solo pueden ponerse de pie o acostarse con cierta dificultad. Las jaulas privan a las cerdas de prácticamente toda su conducta natural: no pueden explorar, hacer ejercicio, hozar ni socializar y, como consecuencia, padecen aburrimiento y frustración.
Estas jaulas también incrementan conductas anormales como masticar en vacío y morder los barrotes, que indican frustración y estrés severos, y las cerdas enjauladas pueden mostrar conductas asociadas con la depresión clínica.
Las jaulas para cerdas gestantes son ilegales en el Reino Unido, Noruega y Suecia, se irán retirando progresivamente de Alemania de aquí a 2030, y su uso está limitado en la UE, con una prohibición parcial en vigor desde 2013. Sin embargo, todavía se permite alojar a las cerdas en jaulas desde el destete de la camada anterior hasta el final de las primeras 4 semanas de gestación.
Diversos productores están empezando a retirar progresivamente y voluntariamente las jaulas por razones de bienestar animal como consecuencia de la presión ejercida por los consumidores.
Poco tiempo antes de la fecha prevista del parto, las cerdas normalmente se trasladan a una paridera en la que permanecerán hasta que los lechones son destetados (a menudo con solo 21 días de vida).
Una paridera es una jaula estrecha de metal que limita los movimientos de la cerda y su capacidad de interactuar con sus lechones. Unas barras metálicas en un lado de la jaula permiten a los lechones acceder a las tetas de la cerda para mamar y los protege del peligro de ser aplastados, manteniéndolos separados de la cerda cuando ella se acuesta.
Las parideras limitan seriamente los movimientos de la cerda y su fuerte instinto de construir un nido antes de parir. También le impiden apartarse de sus lechones si, por ejemplo, estos le muerden las tetas. Los lechones son destetados y separados de su madre cuando tienen entre 3 y 4 semanas de vida, e incluso antes en algunos países.
Durante las dos primeras semanas tras el destete, la cerda es inseminada de nuevo (a menudo artificialmente) y comienza su siguiente período de gestación. Las cerdas para uso comercial normalmente producen algo más de 2 camadas por año, con unos 10-12 lechones por camada. Su vida como cerda de cría dura unos 2-3 años, antes de que la vendan para sacrificarla y la sustituyan por otra.
Las jaulas parideras han sido prohibidas en Suecia, Noruega y Suiza, y se están dejando de utilizar progresivamente en Alemania y Austria, aunque se siguen usando ampliamente en el resto del mundo.
En los sistemas intensivos, las cerdas se alojan en ambientes estériles que no les proporcionan oportunidades de explorar el entorno, hozar ni construir un nido.
Su fuerte instinto maternal de construir un nido para sus crías ha sobrevivido a la domesticación y conlleva un incremento de su actividad: buscar los materiales necesarios, hozar y escarbar un hueco de poca profundidad y construir un nido apropiado.
Su capacidad para satisfacer estas conductas naturales depende del espacio disponible y de la posibilidad de moverse y acceder a materiales para la construcción del nido. Las jaulas parideras no permiten nada de esto, lo que les genera estrés y frustración.
A menudo se restringe la alimentación durante la gestación, lo que causa un hambre crónica e incrementa los niveles de frustración en las cerdas preñadas.
En los sistemas de alimentación convencionales, las cerdas gestantes se alimentan con una dieta concentrada que consiste en unos 2-3 kg de comida al día, normalmente en una sola toma.
Esto no les permite saciarse ni satisfacer sus necesidades de forraje y les causa hambre, lo cual se asocia con un incremento del nivel de agresividad y de actividad física y con el desarrollo de conductas estereotipadas (por ejemplo, morder barrotes).
Las cerdas se seleccionan cada vez más para que sean hiperprolíficas y para incrementar todavía más el número de lechones por camada. Sin embargo, estas camadas tan numerosas pueden causar un aumento de la tasa de mortalidad de los lechones, además de suponer un riesgo para el bienestar de la cerda.
El tamaño de las camadas puede alcanzar los 17 lechones y puede causar dolor y fatiga en el momento del parto, además de que a veces se necesitan otras cerdas nodrizas para amamantar a algunos de estos lechones, con lo que se rompe el vínculo entre la madre y sus crías.
Los cerdos de engorde se crían para producir carne y normalmente se alojan en establos estériles y hacinados, a menudo con suelos enrejados/de cemento, sin una cama cómoda y sin ningún material para hozar, como la paja.
No tienen acceso al exterior y sus condiciones de confinamiento en espacios escuetos implican que no puedan llevar a cabo su conducta natural y, como consecuencia, acaben aburridos y frustrados.
En ambientes hacinados, tampoco pueden apartarse ni esconderse de otros cerdos, por lo que tienden a pelearse y a morderse unos a otros, causándose a veces heridas graves, especialmente en la cola.
A la mayoría de los lechones se les corta la cola para evitar las lesiones provocadas por mordeduras en esa zona. Se trata de una intervención dolorosa que normalmente se realiza sin medidas paliativas del dolor. El estrés, las enfermedades y los conflictos que llevan a las mordeduras en la cola a menudo aparecen cuando los lechones se mezclan con cerdos jóvenes desconocidos, en entornos que les impiden llevar a cabo las actividades de su conducta natural, lo que les causa aburrimiento y frustración. Actualmente, cortar la cola de manera sistemática a los cerdos está prohibido por la legislación de la UE, pero una serie de auditorías llevadas a cabo recientemente por la Comisión Europea para evaluar la ejecución de la directiva sobre cerdos han puesto de manifiesto que, en casi todos los países de la UE, a más del 90 % de los cerdos de engorde se les secciona la cola de manera sistemática.
Poco después del nacimiento, es habitual que a los lechones se les recorten los dientes para reducir el riesgo de lesiones causadas por mordeduras entre ellos o cuando muerden a su madre al pelearse por las mejores tetas.
Las cerdas no siempre tienen suficiente leche para todos sus lechones, especialmente cuando tienen camadas muy grandes o cuando su cuerpo no se encuentra en buenas condiciones.
La sección parcial sistemática de los dientes, que incluye el recorte y también el pulido de los mismos, está actualmente prohibida por la directiva sobre cerdos de la UE, pero es posible que todavía se practique en un número considerable de granjas.
En la primera semana de vida, muchos lechones macho son castrados quirúrgicamente (aunque no en el Reino Unido ni en Irlanda), a menudo sin la correspondiente anestesia ni otras medidas paliativas del dolor, lo que les causa dolor a corto y largo plazo. Además, los lechones son más propensos a contraer infecciones en la herida abierta, ya que tienen una inmunidad muy limitada a una edad tan temprana.
La principal razón por la que se castran los lechones es prevenir el "olor sexual" u "olor a verraco", que es el olor o el sabor de la carne de cerdo causados por las hormonas testosterona y androsterona. Los machos no castrados también pueden ser más agresivos y presentar una mayor actividad sexual. Esto puede causar daños a otros si se pelean o montan entre ellos y puede también resultar peligroso para los trabajadores de las granjas si los cerdos se muestran agresivos mientras los manejan.
En algunos países, los cerdos se ceban hasta alcanzar un peso mayor para producir ciertas piezas de carne o ciertos niveles de grasa. Esto aumenta el riesgo de olor sexual, porque los cerdos alcanzan la pubertad, junto con el riesgo para el bienestar de que se causen lesiones unos a otros. En caso de que no resulte factible criar machos no castrados, existen otras alternativas a la castración quirúrgica, como Improvac.
Los cerdos no tienen glándulas sudoríparas y son especialmente propensos a sufrir estrés debido al calor durante el transporte y los procedimientos previos al sacrificio. Un número considerable de cerdos muere cada año durante el transporte o en los corrales de los mataderos debido al estrés.
En algunos mataderos, los cerdos son aturdidos antes del sacrificio usando una mezcla con una alta concentración de CO2, que se ha comprobado que es altamente perjudicial para su bienestar, ya que les provoca una sensación de ardor en los pulmones antes de perder el conocimiento.
Producción de cerdos con mayor nivel de bienestar
Existen sistemas comerciales alternativos que mejoran el bienestar de los cerdos mediante la habilitación de un ambiente libre de jaulas y enriquecido, que permite una mayor libertad de movimiento y de expresión de su conducta natural.
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Y si ya te has comprometido con un mayor bienestar para los sistemas de producción de los cerdos, tú también puedes optar a un premio.
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Recursos
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Desde 2012, el Premio Mejor Cerdo es un reconocimiento a las empresas que utilizan o se han comprometido a utilizar (en el plazo de cinco años) sistemas de mayor bienestar para cerdas y cerdos de engorde.
En Compassion continuaremos trabajando con la industria para mejorar el bienestar de las cerdas y los cerdos de engorde a través de nuestra serie de programas de compromiso empresarial.
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